Las conductas antinaturales, irracionales o simplemente no deseadas, son molestas y perjudiciales para la propia seguridad y salud de nuestro perro o la de los demás, surgen por diversas causas y se instauran en su comportamiento generando un bucle y repitiéndose cada vez que entra en juego el detonante pero, siempre que se haya descartado un problema fisiológico, tienen origen en una mala gestión emocional y una comprensión errónea de la realidad. Hablaremos del estrés, necesidades, estructura y aprendizaje.

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Por eso realizamos un diagnóstico inicial de cada individuo y diseñamos un programa adaptado a cada caso en particular para llevar a cabo la Modificacion de Conducta, basado en las carencias emocionales y físicas, experiencias vividas y aprendizaje corrupto del animal, teniendo en cuenta la disponibilidad de la unidad familiar para realizar los ejercicios y seguir las pautas prescritas, y enseñar al perro a gestionar sus emociones de manera correcta desde la calma, el análisis y comprensión de la situación.

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Miedos o inseguridades, agresividad, reactividad, ansiedad, estereotipias, mala conducta higiénica, ladrido excesivo, destrucción de objetos en casa... todas estas conductas tienen margen de mejora hasta la extinción a través de la comprensión, la comunicación, la estructura social y del tiempo, y la gestión del instinto.

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Diagnosticar certeramente el origen emocional y aprendido de la conducta por parte del profesional, y el compromiso de la familia en el desarrollo del programa, siguiendo las pautas y realizando los ejercicios auxiliares prescritos, es clave para garantizar el éxito de la intervención.

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Dependiendo del problema, el tiempo que lleve presentándose y el caracter del individuo en cuestión, el programa puede llevar de una a cuatro semanas para una recuperación óptima que nos permita desarrollar una vida tranquila y segura.