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Tengo un Perro Agresivo

  • Foto del escritor: Adiestramiento
    Adiestramiento
  • 10 ago 2021
  • 8 Min. de lectura

Actualizado: 23 jul 2023

La agresión es un mecanismo conductual con el que cuenta todo ser vivo, una estrategia instintiva al servicio de la supervivencia. Por lo tanto, la conducta de agredir surgirá espontáneamente a causa de una situación que genere una emoción de tan alta intensidad que bloquee la cognición y deje paso al instinto. La agresividad se desarrolla e instaura en el comportamiento cuando el individuo confirma que dicho mecanismo funciona para resolver el conflicto emocional, y la agresión pasa a ser su estrategia principal para gestionar las situaciones que le generan dicho conflicto.


Perro Reactividad

SITUACIÓN CONFLICTIVA > EMOCIÓN ALTA INTENSIDAD > INSTINTO > AGRESIÓN > RESOLUCIÓN DEL CONFLICTO > CONFIRMACIÓN > AGRESIVIDAD


Ya vemos la importancia del estado emocional del individuo y el papel que juega el instinto para que se produzca una agresión, y vemos que hace falta algo más, un aprendizaje, para que la conducta se convierta en un problema de agresividad.



¿Perro Agresivo? Los Instintos que pueden desembocar en agresión


No todos los actos de agresión tienen por qué convertirse en un problema de agresividad. Los hechos puntuales considerados de agresión no hacen a un Perro Agresivo, en muchos casos son resortes activados por el instinto en situaciones de alta intensidad emocional donde no se encuentra o no se conoce otra salida.


Al ser una motivación instintiva lo que provoca la agresión, que esta se produzca o no estará ligada sobretodo al carácter (espíritu combativo) y a la herencia genética que posea el individuo y, en segundo lugar, al aprendizaje que haya adquirido a lo largo de su vida.



PROTECCIÓN:


- Territorial: es normal que un perro proteja su territorio, lo que no es normal es que crea que el parque es suyo. Hay que promover en nuestro perro la idea del perro nómada y explorador, cambiando asíduamente de escenario y descubriendo nuevos lugares cada día.


- Recursos: también es normal que un perro proteja lo que considera como un recurso valioso, ya sea una pelota, un hueso o comida, una hembra en celo, nuestro afecto... Lo mejor en estos casos es que el motivo de disputa no llegue a aparecer nunca en escena y evitar así el conflicto de intereses. En caso de producirse, llamaremos al orden y haremos desaparecer el recurso.


Perros Protección Recursos


DEFENSA:


- Espacio personal: cualquier individuo puede defender mediante la agresión su espacio o momento de calma mostrando así que no quiere ser molestado. No molestes a tu perro mientras descansa.


- Intensidad incompatible: una actitud muy intensa por parte de un individuo puede ser reprimida, por precaución, anticipadamente antes de que llegue a mayores consecuencias. Enseña a tu perro a presentarse e interactuar con otros perros.


- Amenaza real: ante una amenaza de la integridad física y la imposibilidad de huida, cualquier animal atacará como última opción para intentar salvar la vida. No acorrales o hagas sentir a tu perro que eres una amenaza, nunca!



JUEGO (CAZA Y JERARQUÍA):


Ay, amigos! Cuantas veces habré oído eso de "Déjalos, están jugando!" El juego entre perros da para un artículo propio, de momento hablaremos sólo de lo que nos interesa en este. Pero hay que tener presente que los perros sólo "juegan" a dos cosas, a cazar y a medirse, y escribo "juegan" entre comillas porque lo que nos parece un juego, en realidad, es un entrenamiento. No me entiendan mal, lo entrena todo, a nivel social, conductual y de tolerancia, pero su objetivo no deja de ser una forma de conocer y entrenar sus aptitudes y límites ante una posible situación real.


- Jerarquía: los perros, jugando o no, miden su potencia entre ellos para conocer y encontrar el lugar que ocupan en un grupo social, y obtener datos acerca de la estabilidad emocional de otro individuo.


- Caza: cuando un perro persigue a otro, no hace otra cosa que practicar la acción de cazar para desarrollar y mejorar sus habilidades en este ámbito. Mostraremos especial atención al aumento de intensidad provocado por frustración y a los indicios de caza en grupo que puedan desembocar en un acto de jauría.


Perros Caza

El juego es beneficioso, aprenden a interactuar y comunicarse con otros perros, a tomar consciencia de si mismos y regular sus fuerzas, mejora la propiocepción, libera energía a través del ejercicio físico, estrecha lazos entre individuos y realiza una gran función en la vida social del grupo.


Pero debemos tener presente que el juego lo dirigen los instintos y provoca situaciones de alta intensidad emocional, y ya conocemos la importancia del papel que juegan estos dos conceptos en la agresión. Así pues prestaremos atención al juego entre perros, sobretodo si no se conocen bien, para intervenir si advertimos que la intensidad aumenta demasiado y pararlo temporalmente si fuera necesario.



Frustración


La frustración es la causa de la agresión redirigida. Ante una situación de alta intensidad emocional y la imposibilidad de descargar la energía sobre el estímulo que la causa, la agresión se redirige hacia lo que tiene más cerca, que puede ser cualquier otro perro o tu pierna.


Todas estas agresiones, por si solas y si se producen puntualmente, no denotan un problema de agresividad, simplemente se dan las condiciones emocionales necesarias y la situación pone en marcha los procesos naturales motivados por el instinto que conduce, si llega el caso, a la agresión.


Para que podamos hablar de un problema de agresividad debe existir un desorden emocional y una conducta agresiva aprendida que se muestre ante estímulos o situaciones que no lo merecen, y que manifiestan niveles de tolerancia cada vez más bajos que no concuerdan con la realidad.



Desorden Emocional: el verdadero problema


Detrás de un problema de agresividad siempre habrá un desorden emocional, una comprensión errónea de la realidad, y un aprendizaje que para el animal resulta válido y funcional.



MIEDO Y ESTRÉS:


El miedo y la inseguridad son las emociones que provocan el 90% de los problemas de agresividad, y el estrés contribuye al aumento de la intensidad de estas emociones y disminuye la tolerancia ante las situaciones conduciendo con más facilidad al perro al rapto emocional y a la agresión.


El miedo es una emoción relacionada con la supervivencia, de ahí su potencia para generar conductas instintivas y grabar a fuego en lo más profundo del individuo las que resultan funcionales. El miedo puede provocar tres conductas naturales, huida, ataque o parálisis. Depende del caracter combativo y aprendizaje vital del individuo, pero en principio la conducta de preferencia de un animal ante un peligro real será huir, si no existe esa posibilidad pasará a la agresión, y si se comprueba que esta no funciona provocará la rendición.



APRENDIZAJE:


La emoción, junto a las circunstancias, puede provocar espontáneamente la conducta o actitud de agresión instintiva y, si la situación se resuelve favorablemente y el conflicto emocional desaparece, se hará una asociación positiva y un refuerzo de la conducta que tenderá a repetirse en futuras situaciones ante estímulos similares que provoquen la emoción.


Aunque la conducta mostrada no haya sido la causa real de la resolución al conflicto, tras varios refuerzos con el mismo resultado, para el perro será tan real como que coger su cuenco de comida significa que es la hora de comer, y habrá aprendido que debe mostrar agresión para que el conflicto desaparezca como aprendió a sentarse para tener acceso a la comida.



Otras circunstancias a tener en cuenta


MALA COMUNICACIÓN Y FALTA DE HABILIDADES SOCIALES:


Los perros pueden desarrollar problemas de agresividad derivados de una mala comunicación o falta de habilidades sociales con sus congéneres, y un problema de agresividad impide relacionarse correctamente con otros perros. Es la pescadilla que se muerde la cola.


No saber leer o emitir señales de comunicación suele tener su origen en una insuficiente socialización de cachorro, y las malas experiencias contribuyen a niveles bajos de tolerancia hacia otros perros que provocan situaciones de alta intensidad emocional impidiendo el análisis cognitivo en el animal.


Es importante trabajar correctamente la socialización y la habituación a individuos y estímulos de todo tipo, evitando malas experiencias, en niveles de intensidad emocional que el perro pueda gestionar y permitan el análisis de las situaciones.


Comunicación Canina


ENFERMEDAD O TRAUMATISMOS:


Un perro enfermo o herido que sufra dolor puede mostrar agresión al ser manipulado. Antes de abordar una Modificación de Conducta para un problema de agresividad, se descartará cualquier dolencia de ámbito fisiológico que pueda estar interfiriendo en este sentido sobre el comportamiento del animal.



HORMONAS Y ALIMENTACIÓN:


Un elevado nivel de testosterona predispone al combate y aporta valor para enfrentarse a las situaciones de la vida, tanto en los machos como en las hembras. Además, en los machos activa la competición sexual y social entre individuos.


Una alimentación rica en proteina que aporte mucha energía, puede provocar estados emocionales de alta intensidad si dicha energía no es debidamente consumida y canalizada mediante el ejercicio físico y el entrenamiento.



¿Qué hacer ante un problema de agresividad canina?


Lo primero a lo que prestaremos atención es al nivel de agresión que muestra el individuo, ladra, gruñe, enseña los dientes (se comunica o no) y si puede llegar o llega a morder, y como muerde, y a la motivación instintiva y situaciones que provocan la actitud agresiva, para saber si el perro está protegiendo, defendiendose, cazando o disputando la autoridad social. Esto nos dará datos sobre la capacidad de comunicación, sensibilidad, tolerancia y carácter del individuo ante los estímulos que activan sus instintos.


Analizaremos el estilo de vida del perro y las actividades que realiza en familia, ejercicio físico y mental, estructura, descanso, y evaluaremos el nivel de vínculo y confianza, y el rol que desempeña cada miembro de la familia en la relación, para saber si tiene sus necesidades cubiertas correctamente y, si la situación del animal contribuye a la estabilidad emocional o existen carencias en algún sentido.


Muy importante, valorar sinceramente si la comunicación con el perro es eficaz, y si nuestra manera de transmitir una idea guarda coherencia con lo que realmente queremos comunicar. Para ello es indispensable saber como funciona el lenguaje y la comprensión canina, para que no existan contradicciones entre lo que queremos decir y el mensaje que está recibiendo el perro.


El estrés, en su justa medida, es un mecanismo biológico que pone en marcha capacidades y genera conductas que nos ayudan a aprender y a superar ciertas situaciones en la vida. Si el nivel de estrés es adecuado permitirá la cognición y el análisis de la funcionalidad de las conductas generadas aportando un aprendizaje correcto.


Si el nivel de estrés es demasiado alto, la emoción y la respuesta serán también de alta intensidad e impedirán procesar la información, creando una asociación automática, entre el estímulo, la emoción, la respuesta y el resultado, muy potente y profunda.


Cubrir las necesidades de nuestro perro a nivel de ejercicio físico y mental, de estructura del tiempo y social por medio del juego, propiocepción, olfato, etc. es genial para liberar estrés gratuito, romper con momentos y espacios de relax un posible estrés crónico y predisponer a nuestro perro a enfrentarse a cualquier situación con un nivel de estrés que permita el análisis y generar conductas alternativas para resolver conflictos. Pero cuando el problema está instaurado, tiene su origen en la confianza y comunicación con el guía, y se basa en una emoción de miedo o inseguridad y sensación de peligro, estas técnicas no serán suficientes para solucionar el problema.


Necesitaremos la guía de un profesional cualificado que estudie la relación perro/humano y nos explique que está fallando, y que marque un plan de actuación que integre pautas para interactuar con el perro en la vida cotidiana con ejercicios específicos adaptados a cada caso, con el objetivo de crear un canal de comunicación eficaz, fomentar y potenciar el vínculo y una estructura social correcta que aporten confianza y seguridad a la relación, y que permitan mantener el control y la capacidad de análisis ante cualquier situación que se nos presente, para que el perro pueda reaprender el significado de las situaciones que ahora le suponen una amenaza, entrenando su tolerancia a la frustración y capacidad de autocontrol.


Un problema de agresividad es lo suficientemente serio y complejo de tratar sin ayuda profesional como para resolverlo por nuestra cuenta con la información que podamos obtener a través de internet. El consejo más responsable que puedo ofrecer en estos casos es que acudáis a un profesional con experiencia que os hable claro sobre los términos y conceptos que hemos tratado en este artículo.

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